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La Muntanya del Voltor acoge un amplio número de elementos con alto valor cultural y etnológico. El paisaje ha sido modelado por los que han habitado esta zona a lo largo del tiempo. Hoy en día, aún con la pérdida gradual de las prácticas tradicionales, todavía encontramos en nuestras montañas vestigios de lo que fue una actividad y economía muy dinámica, donde los recursos naturales fueron la base del sustento directo de muchas familias.
En la actualidad, la falta de calcineros, carboneros y taladores de pinos ha hecho que los testimonios de su actividad se hayan ido degradando de manera inexorable. Tan sólo una decidida acción de restauración y conservación puede permitir mantener todo este legado.
Siguiendo esta filosofía, se han restaurado los miradores, el refugio, paredes de piedra en seco y portillos.
En vuestro paseo encontraréis las barracas, silos y hornos de pan de los carboneros; hornos de cal; pozos y aljibes de los payeses y ganaderos. El fruto de esta actividad secular es el paisaje de la Serra y es nuestra responsabilidad conservar este patrimonio, el mismo que ha hecho a la Serra de Tramuntana merecedora de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
